miércoles, 15 de diciembre de 2010

Andrés Timoteo: Minutero

Andrés Timoteo
Minutero
Miércoles, 15 Diciembre 2010

Desde este espacio se alerta a todos los veracruzanos que por necesidad o placer tengan que hacer uso de transportes sobre ruedas porque serán “atropellados” con las disposiciones financieras que ya se cocinan para el 2011. Todos serán obligados a pagar nuevos impuestos y el aumento a los servicios que deberían estar regulados por la administración estatal como medida de salvaguarda social.
En menos de dos semanas se desmoronaron las promesas hechas en durante la campaña electoral de que no habría nuevos gravámenes fiscales ni tampoco se daría una escalada en la cotización de los servicios, entre ellos el transporte público. En el 2011 un buen sector de la población seguirá pagando el Impuesto sobre la Tenenciapese a la promesa de que desaparecería, más de un millón de propietarios de automotores tendrán que comprar nuevas placas de circulación y otros absorberán el incremento en las tarifas en los autobuses de pasajeros.
La propuesta de que la tenencia sería derogada, quedó en una simple promesa de corte electoral hecha por el exgobernador Fidel Herrera con tal de echar abajo el planteamiento del panista Miguel Ángel Yunes Linares para eliminarla completamente.
El proyecto de Ley de Ingresos para el 2011 que Herrera Beltrán todavía alcanzó a presentar en el Congreso únicamente contempla un subsidio por 950 millones de pesos para los propietarios de vehículos que estén al corriente con el pago del gravamen y excluye a los que tienen morosidad.
¿Y si un elector sumido en problemas financieros no pudo pagar su tenencia pero si votó por Javier Duarte? He ahí la trampa, los miles de veracruzanos agobiados por la situación económica que les impidió cubrir la onerosa tenencia nunca fueron considerados en la iniciativa, y obviamente serán atropellados con el correspondiente pago del ISTUV o en su caso, aumentarán la deuda que ya arrastran. ¿Cuál es el beneficio a los sectores en apuros económicos que son la mayoría de los veracruazanos?. Ninguno.
La segunda situación es más grave porque se trata de obligar a más de un millón de automovilistas a adquirir nuevos juegos de placas a un precio que iría desde los 180 a los 600 pesos, según los analistas. Este nuevo reemplacamiento fue anunciado por el mismo gobernador Duarte hace algunos días y puso los pelos de punta a muchos sectores de la economía local así como integrantes de las clase media que ya de por sí se las ven negras con el aumento imparable en el precio del combustible.
De concretarse el proyecto de un cuarto reemplacamiento vehicular – en el 2003 el gobernador Miguel Alemán Velasco cambió las placas a 800 mil vehículos y durante el gobierno de Fidel Herrera se dieron dos sustituciones de placas, una en el 2006 y otra en el 2008-, el propietario de un automotor tendría encima nuevas cargas monetarias adicionales a las que ya está obligado a pagar.
En el 2011, el automovilista desembolsará dinero por el nuevo juego de placas y si está atrasado en sus impuestos se le sumará el impuesto a la tenencia más los recargos correspondientes.
Lo asombroso del asunto es que en agosto del 2008, cuando se dio el último reemplacamiento vehicular, el mismo Duarte de Ochoa que era titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan), anunció que las nuevas placas en color blanco con el escudo de Veracruz dispuestas por el gobierno de Herrera Beltrán “se quedarían de manera vitalicia”.
Vaya, lo vitalicio para el mandatario solo duró dos años y cuatro meses.
Con la cuchara grande
Y el tercer caso es de plano un peligro para todos porque afectará ya no sólo a los empresarios o integrantes de la clase media sino que arrasará con toda la economía popular y se trata del anuncio que ayer mismo hizo el presidente de la Comisión de Transporte, Tránsito y Vialidad en el congreso local, Tomás Montoya sobre el incremento en las tarifas para el transporte de pasajeros para el año venidero.
El ¿ingenuo? diputado priísta develó a los autores de dicha tarascada: los concesionarios del transporte de pasajeros, también conocido como El Cartel del Pulpo y que son comandados por los cordobeses Mario Olvera y Carlos Demuner Pitol.
Los argumentos de que los empresarios transportistas están empobrecidos y al borde de la quiebra por el aumento en el precio del combustible y las refacciones están de más, ya que al final de cuentas la intención de permitir que los miles de usuarios tengan que pagar más por el viaje a bordo de un autobús no es otra cosa que parte de la factura que los transportistas están cobrando a Duarte de Ochoa.
La factura es tripartita: una parte fue el nombramiento de Demuner Pitol al frente del Instituto Veracruzano del Transporte (IVT) donde controlará responsabilidades en accidentes viales y programas de renovación del parque vehicular con subsidios oficiales, la otra fue la facilidad para disponer de aumento en el precio del boletaje – que incluye la desaparición del subsidio a estudiantes, maestros y personas de la tercera edad así como discapacitados-. Y la tercera, la entrega de más concesiones, el monopolio de rutas en las principales ciudades de la entidad. Vaya que estos señores se despacharon con la cuchara grande.
En el proyecto de Ley de Ingresos que está en manos de los legisladores no se contempla la disposición del nuevo reemplacamiento por lo que se sospecha que desde Palacio envíen un anexo ante el congreso local para que los parlamentarios lo aprueben sobre las rodillas, es decir con escaso tiempo para analizar sus alcances y la afectación a la economía popular.
Otra hipótesis es que en la Ley de Ingresos no contemplará el canje de placas pero en transcurso del año próximo se buscará aplicarlo de forma extraordinaria bajo el argumento de una crisis financiera y escasez monetaria que detiene la operatividad o en su caso, bajo la justificación de que el Acuerdo Nacional para la Seguridad lo hacen imprescindible.
De una u otra forma, la mayoría de los veracruzanos, automovilistas o peatones, serán atropellados en el 2011.

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