pero..
لا إله إلا الله محمد رسول الله
Lā 'ilāha 'illā-llāhu Muhammad rasūlu-llāh.
No hay más dios que Ala y Mahoma es su mensajero
La Jornada Veracruz
Fernando Inés Carmona - domingo, diciembre 12, 2010
El secretario de Gobierno encomienda su gestión a la Virgen y a Tomás Moro
Buganza Salmerón no desaprovechó la celebración católica con la que se ungió al nuevo sacerdote encargado de la iglesia del pueblo ¦ Fotojarocha
La Perla, Ver.- El subconsciente lo traicionó y su presunto pasado yunquista afloró tan naturalmente que incluso besó la mano del obispo de Orizaba, Marcelino Hernández Rodríguez, en señal de reconocimiento. El secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, al término de la celebración eclesiástica, públicamente y a punto de las lágrimas, pidió a la Guadalupana y a Tomás Moro que lo ayuden hacer un buen trabajo en la dependencia a su cargo.
Creyente y practicante católico, Buganza Salmerón no desaprovechó la celebración católica con la que se ungió al nuevo sacerdote encargado de la iglesia del pueblo para dar una demostración de derroche de su fe, incluso se negó dar la entrevista antes de la celebración eclesiástica y dijo a los reporteros: “los atiendo al final y mejor los invito a escuchar misa”.
Antes, junto con el obispo Marcelino Hernández Rodríguez, autoridades municipales y el diputado federal Fidel Kuri, recorrió a pie los casi dos kilómetros de calles pavimentadas y, que en esta ocasión, fueron decoradas con alfombras hechas a base de arena y pintadas de colores. Tras de ellos, estandartes con la imagen de la Virgen de Guadalupe los flanqueaban.
Sus expresiones, su caminar no dejó duda: se sentía como pez en el agua, al grado de que develó una placa, colocada en una de las torres de la iglesia, para recordar la fecha. Ya en el interior del templo, se colocó en la primera fila para escuchar la misa las 12 del día. Cantó, se santiguó, besó la mano del obispo y rezó el Acto Penitencial, palmeando tres veces su pecho con la mano derecha: “por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa”.
Pacientemente escuchó las dos horas de misa, fue atento a la homilía y al final se levantó de su asiento, se paró frente al altar y ahí tomó el micrófono. Primero, dijo estar en representación del gobernador Javier Duarte de Ochoa en la inauguración de las calles, y a punto de las lágrimas, agregó que aprovechó la misa para pedirle a la Virgen de Guadalupe y a Tomás Moro, “que me permitan hacer bien mi trabajo y poner mi mejor esfuerzo, tener un mayor acercamiento con los veracruzanos. En esta víspera de la celebración de la Virgen de Guadalupe, como cristiano, como católico, me encomendé a ella en esta función de seis años y al mismo tiempo a Tomás Moro que es un santo, pero funcionario público”.
Posteriormente, se dirigió a la sacristía parroquial, atendió a los medios y de ahí a la comida privada en la que el menú fue arroz con borrego al carbón.
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