sábado, 25 de diciembre de 2010

Politicos en la banca consejos La nauyaca navideña

Consejos prácticos para Políticos en la banca…

Permanecer en el servicio público es un arte. Aquellos personajes que robalean entre sexenio y sexenio son admirados igual que lo fueron los gladiadores del circo romano. Sus nombres transitan en las mesas del café y al mencionarlos no falta un pobre burócrata desempleado que con los ojos arrasados por el llanto reconozca que le encantaría ser igual que ellos. Ellos, que son todólogos, lo mismo son catedráticos que policías, estrategas que prácticos, y son capaces de aceptar sin ruborizarse lo mismo ser jefes que rasos apaches, ya que bien lo afirmaba un amigo hace unos días: “Vivir fuera del presupuesto no es un error, es una tragedia…”
Serénese. Si usted es un político deseoso de chamba, que con ansiedad, angustia y desesperación observa que los cargos públicos cada día que pasa son más escasos y menores, sin que la suerte caiga sobre usted, le compartiremos en estas líneas algunas estrategias que aseguran los aludidos son casi infalibles para no quedarse fuera del presupuesto:
1. La lisonja, arma infalible, principalmente ante oídos débiles. Necesita ubicar una víctima sensible a la adulación y entonces lanzarse con todo a endulzarle el oído. Debe halagar desde su corbata hasta su currículum (la mayoría de las veces inventado). Nunca lo tutee y siempre diríjase a él por su título académico o adjetivos tales como “maestro”, “líder” o “mi señor”. Es importante hacerle notar que nunca se equivoca, que es un ser superior a todos los otros funcionarios y que cualquier critica a su persona tiene como origen la envidia.
2. Traicionar a tiempo, sabia virtud. Bien lo decía un político de apellido Flores: “La lealtad es cómo una tarjeta telefónica, una vez terminado el crédito ya no sirve para nada”. Así que no cometa el error de seguir sumado a un perdedor. Siempre que su líder, maestro y señor naufrague debe negarlo. Si es posible, hágalo más de tres veces y si es necesario véndalo al mejor postor.
3. Un buen padrino, a veces es suficiente. No siempre su padrino debe ser real. No son pocos los casos de personajes que han logrado importantes cargos diciendo que van de parte de alguien que ni conocen. ¡Póngase usted vivillo! Ahora que si realmente conoce a algún influyente personaje ya tiene el éxito en sus manos: todo es cuestión de saberle pedir la recomendación, pues en el pedir está el dar.
4. Bajarse con facilidad de perfil. Cuando desee colarse nuevamente en la nómina publica, sepulte por unos días al funcionario prepotente y mamila en el que se convierte usted cada vez que tiene la sartén por el mango. Pórtese humilde, hable con tono de voz bajito, nunca mire a los ojos a su futuro jefe y asiente sus recomendaciones con un convincente “Sí señor”.
5. Robarse el trabajo político, buen inicio. Nunca falta algún trabajo político que no se firmó. Entonces, póngale usted su rúbrica, asuma que fue usted el que acarreó cientos de campesinos en aquel evento, el que puso chorrocientos camiones en el otro. Obvio, asegúrese de que su “víctima” no tenga los datos reales a la mano.
6. Ni guardia que no te toque, ni favor que no te pidan. En efecto, como dice el dicho, no sea Usted pendejo y vaya de nalgasprontas a cargarle la maleta al secretario estatal, nooo, craso error. ¿Cuándo vió Ud. a Duarte cargándole el portafolios a Fidel? Todos sabemos que lo hizo, pero nadie lo vió. Si se lo piden, entonces sí, hágalo, sea servicial, no tarugo.
Debo aclarar nuevamente que estas técnicas no son propias. Son recomendaciones que mis oídos han recopilado de los maestros del sistema. Así que no puedo evitar caer en la tentación de darle una recomendación personal: “Si aplicando alguna de estas técnicas logra usted colarse, debe negar que esta humilde columna le aportó la idea que lo hizo obtener el hueso y atribuirlo solamente a su notoria habilidad política”... ¡cuestión de imagen, chingaos!
La nauyaca…
LA NAUYACA NAVIDEÑA ( enlacepolitico2009@gmail.com )

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